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Mastopexia de Mamas

Mastopexia en Quito

Con el mejor cirujano de la ciudad. Esta es una cirugía en la que se levanta y reposiciona los senos, razón por la cual a menudo se le denomina “levantamiento de senos”. En este tipo de intervención se elimina el exceso de piel de la mama que puede formarse después del embarazo, después de la lactancia, después de los cambios de peso o simplemente por el envejecimiento, se redondea la mama y se configura con la forma previa en su posición anterior.

El tiempo de cirugía del levantamiento mamario depende de cada caso en particular y por tanto de la técnica quirúrgica más adecuada para cada paciente en particular. Es una cirugía del día que no requiere hospitalización salvo ciertos casos. Se requiere entre 10 a 20 días para su recuperación casi por completo. La Mastopexia se puede combinar con una Mamoplastia.

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Levantamiento de busto

La mastopexia de mamas (levantamiento mamario) es una técnica quirúrgica que ayuda a levantar senos caídos, asimétricos o grandes que requieran una reconstrucción mamaria. Este procedimiento se lo hace con anestesia general.

El tiempo de cirugía del levantamiento mamario depende de cada caso en particular y por tanto de la técnica quirúrgica más adecuada para cada paciente en particular. Es una cirugía del día que no requiere hospitalización salvo ciertos casos. Se requiere entre 10 a 20 días para su recuperación casi por completo. La Mastopexia se puede combinar con una Mamoplastia.

     

    ¿Qué es la mastopexia?

    Modificar la forma de las mamas y levantarlas se consigue a través de un procedimiento quirúrgico que se llama mastopexia.  Esta intervención de levantamiento de senos procura devolver la elasticidad de dicha parte del cuerpo, la que se pierde por múltiples factores tales como el paso del tiempo, embarazos, o por simple efecto de la gravedad.

    ¿Cómo funciona?

    Tras un diagnóstico profesional realizado por el cirujano plástico, la paciente es intervenida en sus mamas. Se elimina el exceso de tejido dérmico al tiempo que se lo moldea para alcanzar la firmeza requerida.

    El procedimiento puede ser llevado a cabo tanto en un hospital como en una clínica ambulatoria. La cirugía, en muchos casos, emplea anestesia local y tiene una duración de dos a tres horas. En otros casos, también se hace necesaria la sedación de la paciente. No se requiere de internación médica, y la recuperación se hace en casa.

    Se realizan incisiones en lugares específicos de los senos. No obstante, esto depende de la técnica quirúrgica que se haya escogido. Así, los cortes pueden ser ejecutados horizontalmente en los pliegues de las mamas. De igual forma, pueden aplicarse alrededor de la areola, que es la parte oscura que rodea los pezones. La otra incisión parte hacia abajo, desde la areola hasta los pliegues de los senos.

    La intervención no aumenta ni disminuye las mamas, solo las levanta. Sin embargo, ya que este procedimiento es dinámico, puede ser realizado durante una cirugía de aumento o reducción.

    ¿Cuándo optar por el bisturí?

    La flacidez es el síntoma principal. Cuando los senos han perdido volumen y forma se puede optar por la cirugía. Asimismo, cuando uno es más grande que el otro; o cuando los pezones y las areolas apuntan hacia abajo. Otro síntoma que evidencia la necesidad del tratamiento es que se sujeten los senos y los pezones caigan debajo de los pliegues de cada mama.

    ¿Cuáles son las causas?

    El paso del tiempo es sinónimo de vejez. A medida que transcurren los días y los años, el cuerpo se transforma y estas partes anatómicas pierden su elasticidad característica y su firmeza. Pero existen otros detonantes que se relacionan con el embarazo, las variaciones en el peso y el efecto de la gravedad.

    Durante la etapa de gestación, el peso de los senos varía. Las glándulas mamarias producen leche materna. Este líquido vital genera que el volumen se incremente haciendo que los ligamentos se estiren, independientemente de si se amamanta o no.

    El estiramiento de la dermis mamaria puede resultar en flacidez con el paso del tiempo.

    Los cambios constantes en el peso generan casi el mismo efecto sobre los tejidos mamarios. La contracción y estiramiento aumentan las probabilidades de debilitar los tejidos, hasta que pierden su firmeza.

    Por su lado, la gravedad es la fuerza que atrae los cuerpos hacia el suelo, lo que incluye también a los senos. Sus tejidos se estiran y paulatinamente se pierde volumen y forma.

    Efectos

    La cirugía estética contribuye a reducir la flacidez, al tiempo que devuelve la forma original de los senos. Asimismo, reduce los tamaños desproporcionados de las areolas y las alinea simétricamente con los pezones. Esto otorga una apariencia estética gentil y agradable, que contribuye a elevar los grados de aceptación y estima propia.

    La mejora en la apariencia, a su vez, otorga autoconfianza. No obstante, los resultados se afirman con el paso del tiempo. Así, después de una cirugía, los senos se tornan más redondos, conforme se va dando la recuperación natural de los tejidos. Esto puede generar que el tamaño de las mamas se reduzca de forma espontánea.

    Entre los efectos secundarios se encuentran las cicatrices que quedan por la intervención. Estas se atenúan con el pasar del tiempo. La paciente debe esperar hasta dos años para ver una disminución considerable de las señales. Con trajes de baño y sostenes se pueden ocultar.

    Se recomienda mantener un peso adecuado para que los efectos sean más duraderos. Con el paso del tiempo, la piel envejece de forma natural y pierde su capacidad elástica, aún después de la cirugía.

    Los senos pequeños tienden a mantener por más tiempo su firmeza tras un procedimiento estético, debido a la liviandad de su peso. No sucede lo mismo con los más grandes y pesados.

    Asimismo, el cambio de la sensibilidad de los pezones y de los senos son factores que se deben considerar.

    ¿Quiénes pueden someterse?

    No todas las personas son aptas para optar por el bisturí. Una mujer que desee gestar una criatura debe abstenerse del procedimiento hasta después de dar a luz.

    Los efectos pueden ser contraproducentes, debido a los cambios hormonales que experimenta una mujer embarazada. La misma producción de leche materna, que agranda el volumen de los senos, estiraría la piel de aquellos ya intervenidos.

    Igualmente, se debe considerar el acto de amamantar bebés. Las mujeres que se someten a este procedimiento tras alumbrar producen leche, pero no en las mismas cantidades.

    Preparación

    La antesala de una intervención es hablar con el cirujano, quien expondrá las directrices o pasos a seguir. Es fundamental expresar las expectativas que se tienen sobre los resultados de la cirugía. Se recomienda, previo a someterse al tratamiento, entender los riesgos que se corren, como las cicatrices permanentes y la pérdida de sensibilidad.

    Es imperativo revisar el historial clínico propio. Los antecedentes de cáncer de mama en la familia, así como enfermedades, resultados de biopsias o uso de medicamentos deben ser expuestos con claridad al facultativo.

    Las opciones de tratamiento que elegirá el cirujano dependerán del examen físico previo. La tonalidad de la piel, por ejemplo, es una señal clave para determinar su capacidad elástica para sostener las mamas tras la intervención.

    Recomendaciones

    La paciente debe considerar exámenes específicos. Para dar cuenta de los cambios del tejido mamario, es necesario una mamografía que puede ser solicitada por el médico antes y después de la intervención.

    Es importante dejar de fumar. Eliminar dicho hábito ayudará a la cicatrización efectiva de las incisiones ya que ayudará al flujo normal de la sangre por la piel.

    También la dieta es esencial para el éxito permanente. Modificar los hábitos alimenticios para reducir el peso ayudará a conservar por más tiempo el efecto de la intervención.

    Algunos medicamentos incrementan el sangrado. La aspirina o los antiinflamatorios no deben ser consumidos. Se sugiere abordar esta temática con el especialista.

    El proceso de recuperación toma su tiempo. Algunas actividades individuales se verán limitadas por el trauma sufrido en el quirófano. El apoyo de gente cercana para realizar las tareas cotidianas es imprescindible. Por este motivo, es probable que se necesite establecer una agenda que sincronice las actividades de los involucrados.

    No es aconsejable llevar el proceso de recuperación de forma autónoma.

    Consideraciones para tener en cuenta

    Una intervención como esta genera hematomas e hinchazón en los senos. También dolor en las zonas de los cortes. El entumecimiento de los pezones y areolas pueden durar seis semanas.

    Si es necesario se colocan tubos de drenaje para evacuar el exceso de sangre y líquido.

    Se debe dormir boca arriba para evitar la presión. No se recomienda levantar peso, flexionarse o tensionarse. Habrá analgésicos que tomar por recomendación del experto.

    Las relaciones sexuales se deben evitar durante las dos primeras semanas después de una operación. Las actividades cotidianas se retoman una vez que el médico lo determine. Cada paciente debe consultar al respecto.

    Se debe evitar la exposición al sol durante el procedimiento de cicatrización.

    Un ajustador de presión se coloca en el pecho tras finalizar la operación. Se debe mantener por unos cuatro días o hasta que el médico lo determine necesario.

    Hay que considerar los puntos de sutura. Algunos se disuelven por sí solos, mientras que otros deben ser retirados. Sobre este particular es necesario preguntar al especialista.

    Otros riesgos

    Toda intervención quirúrgica plantea algunas alarmas. La ciencia avanza y los procedimientos buscan ser más seguros cada día. Sin embargo, es prudente tomar en cuenta ciertos factores:

    Las cicatrices son permanentes. Una mala cicatrización, causado por un inadecuado cuidado, pueden volver las señales post operatorias gruesas y anchas. Con un adecuado seguimiento de las recomendaciones médicas, se las puede ocultar con lencería.

    La forma y el tamaño de los senos pueden ser asimétricos o irregulares tras la cirugía. Puede incluso que esta no resuelva por completo dichos problemas preexistentes.

    Se puede perder de forma total o parcial las areolas o los pezones, por un mal flujo sanguíneo, durante la operación. Aunque estos casos son considerados raros por los expertos, el mal suministro de sangre puede dañar el tejido mamario.

    La sensibilidad de los senos o pezones puede reducirse o perderse de forma permanente. Sin embargo, aquella relacionada con el placer sexual puede permanecer intacta.

    La lactancia puede verse afectada. Es factible amamantar tras una intervención quirúrgica, pero la producción de leche materna puede reducirse.

    La mastopexia o levantamiento de senos es considerada una cirugía mayor, por lo que existen riesgos de sangrado, infecciones o reacciones inesperadas a la anestesia. Asimismo, se pueden presentar cuadros alergénicos a cierto tipo de materiales quirúrgicos, como gasas, telas especiales, materiales adhesivos o ciertos elementos usados durante o después de la operación.

    Beneficios

    N
    Corregir las mamas caídas.
    N

    Corregir senos asimétricos.

    N

    Mejora el autoestima de la paciente.

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